Três Perguntas aos Demógrafos

Damos início a mais uma temporada da Série Três Perguntas aos Demógrafos do Blog dos Estudantes em Demografia da Unicamp, e é com grande satisfação que contamos com a participação de Simone Cecchini, Chefe do Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población da CEPAL. Com mais de duas décadas de experiência em gestão, pesquisa e assistência técnica em organizações internacionais, tanto globalmente como na América Latina e no Caribe, nosso convidado traz consigo um profundo conhecimento em política de desenvolvimento social. Suas pesquisas são amplamente reconhecidas pela abordagem multidisciplinar e pelo foco na equidade e nos direitos humanos, contribuindo significativamente para uma variedade de relatórios institucionais, como o Panorama Social da América Latina, além de artigos revisados por pares e livros sobre política social, incluindo questões relacionadas ao acesso à educação e outros aspectos da política social.

Após essa breve introdução, é com grande satisfação que apresentamos as três perguntas elaboradas para o nosso convidado Simone Cecchini.

PREGUNTA 1) Como demógrafo, ¿qué tiene que decir a los actuales y futuros demógrafos sobre temas que pueden volverse, dentro de unos años, más relevantes en el campo científico de la demografía? ¿Cuáles serían?

En primer lugar, creo que es importante que las y los actuales y futuros demógrafos tengan una visión integral de las tendencias demográficas y de los factores que las determinan: fecundidad, mortalidad y migración. Asimismo, que se mantengan abiertos al diálogo y el intercambio con otras disciplinas, como economía, sociología, antropología o epidemiología, entre otras. En las ciencias sociales, incluyendo a la demografía, la mirada integral e interdisciplinar es fundamental para entender a fondo la complejidad de los fenómenos que se estudian. Creo además que las y los demógrafos que “hablan” con otras disciplinas tienen mayores posibilidades de llamar la atención hacia su trabajo desde un público más amplio.

Un ejemplo concreto de una metodología que ha creado puentes entre la demografía y la economía son las cuentas nacionales de transferencia (en inglés, national transfer accounts, NTA), que al desagregar por edad de las personas las cuentas nacionales (el sistema que permite medir la economía de los países), muestra cómo se distribuye el consumo y el ahorro de las personas a lo largo del curso de vida, así como el gasto de los gobiernos, y permite mostrar el impacto de un fenómeno demográfico como el envejecimiento poblacional sobre los sistemas de pensiones o de salud, entre otros.

En cuanto a los temas que pienso puedan volverse más relevantes dentro del campo de la demografía, mencionaría la muy baja fecundidad, fenómeno que ya se observa en países como Corea del Sur o Japón pero que posiblemente se extienda a muchos otros países; el “envejecimiento del envejecimiento”, o sea dentro del fenómeno del envejecimiento, el fuerte crecimiento de las edades más avanzadas y de los centenarios; y todo lo relacionado con la migración internacional, que ha aumentado fuertemente en el mundo y en la región de América Latina y el Caribe. En el pasado, se tomaba a la migración internacional como un “residuo” dentro de las tendencias demográficas, que eran determinadas casi completamente por la fecundidad y la mortalidad. No obstante, en un mundo siempre más inestable en lo político, económico y medioambiental, fuertes y abruptos fenómenos de migración internacional se hacen siempre más probables. Y existe un gran reto respecto de la medición de la migración internacional, que actualmente es menos precisa respecto a la medición de fecundidad y mortalidad. Mejorarla es una necesidad urgente.

Finalmente, la relación de los cambios demográficos con el cambio climático y los desastres socioambientales es un gran tema en el cual todavía hay mucho por aprender y decir.

PREGUNTA 2) ¿Cómo están impactando las tendencias demográficas actuales a las políticas sociales y de desarrollo en América Latina?

Las tendencias demográficas y sus fuertes cambios, en términos de acelerado envejecimiento y aumento de la migración internacional, están impactando fuertemente las sociedades y economías latinoamericanas. Esto por supuesto requiere cambios y adaptaciones en las políticas sociales y de desarrollo. Pero diseñar, reformar e implementar políticas públicas que tomen en cuenta las tendencias demográficas no es algo automático, todo lo contrario. 

La demografía es una ciencia que analiza un horizonte temporal muy amplio y que invita a pensar en el largo plazo, disponiendo de datos para ello. Por ejemplo, las Perspectivas de Población Mundial (World Population Prospects, en inglés) que prepara la División de Población de Naciones Unidas con el apoyo del CELADE – División de Población de la CEPAL para los 20 países de América Latina, ofrecen estimaciones y proyecciones de población por país que cubren el período 1950-2100. Sin embargo, los gobiernos de la región generalmente operan con una lógica de corto plazo, de “apagar incendios”, más que de planificar a mediano y largo plazo. De allí un gran desafío que enfrentan las y los demógrafos es lograr que sus análisis y recomendaciones incidan en las políticas públicas de nuestros países. 

De todas formas, dos tendencias demográficas que en la actualidad captan la atención de varios gobiernos son el envejecimiento y la migración internacional. Se reconoce que la población está envejeciendo rápidamente y que ello tiene implicancia sobre sistemas de seguridad social que muchas veces ya están desfinanciados y que tendrán mayor demanda de prestaciones en un futuro no lejano. Pensiones y salud son ámbitos claves de esta preocupación. No obstante, la reforma de los sistemas de pensiones y salud para tener en cuenta las tendencias de envejecimiento así como la necesidad de mejorar la cobertura y la calidad de las prestaciones no es de fácil solución. En materia de pensiones, donde se ha observado mayor avance es en el pilar no contributivo. La gran mayoría de los países de la región cuenta con pensiones no contributivas que, si bien proveen montos limitados, permiten un nivel básico de consumo a quienes se encuentran en situación de pobreza y vulnerabilidad o trabajaron en la informalidad y no cotizaron a la seguridad social. 

Por otro lado, la migración internacional ha cambiado su carácter y es siempre más compleja. Todos los países de la región son parte de los flujos migratorio, sea como países de origen, transito, destino, retorno o de una combinación de estas condiciones. Y ha aumentado mucho la migración intra-regional, lo que ha hecho que países que tradicionalmente eran países de origen de la migración hoy también son países de destino, como por ejemplo Colombia, Ecuador o Perú. Esto implica la necesidad de desarrollar políticas de regularización, de inclusión en el mercado laboral, así como de acceso a los servicios de educación y salud para las personas migrantes, entre otros ámbitos.

PREGUNTA 3) ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta América Latina en términos de envejecimiento poblacional y cómo pueden prepararse los gobiernos para enfrentar estos cambios?

En 2024, en América Latina y el Caribe las personas de 60 años y más son alrededor de 95 millones y representan el 14% de la población total. En el año 2030, la población de 60 años y más en la región habrá aumentado en 20 millones, alcanzando los 115 millones, lo que representará el 16,5% de la población total. Se proyecta, en particular, un fuerte crecimiento del grupo de personas de 80 años y más, que en 2024 en la región cuenta con 12 millones de personas y en 2030 contará con 16 millones de personas, dos tercios de las cuales serán mujeres.

Estas cifras son un ejemplo del proceso de rápido envejecimiento de la población regional, así como del “envejecimiento del envejecimiento”, procesos que tienen profundas consecuencias sobre las sociedades y las economías de nuestros países. Los sistemas de protección social, y en particular los sistemas de pensiones y salud tienen que adaptarse a un aumento de la demanda de prestaciones. Asimismo, el envejecimiento poblacional implica un aumento de la demanda de cuidados, porque las personas mayores tienen mayor riesgo de presentar alguna dependencia funcional. Y en el mercado laboral se observa un envejecimiento de la fuerza de trabajo.

Los gobiernos por lo tanto debieran prepararse para sociedades y economías con menos niñas y niños y más personas mayores, tomando en cuenta el cambio demográfico en su planificación del desarrollo, así como en sus políticas públicas. En la región se han observado algunos avances, por ejemplo, con la extensión de las pensiones no contributivas a muchas personas mayores que no contaban con el acceso a la seguridad social; o con un mayor énfasis -si bien más en el debate que con acciones concretas- en el tema de la corresponsabilidad en materia de cuidados. No obstante, falta mucho para que los factores demográficos sean tomados en plena cuenta en las políticas públicas.

Creo también importante notar que, si bien el envejecimiento poblacional implica importantes impactos, no hay que verlo necesariamente como un problema o un peligro. Tenemos que celebrar el aumento de la esperanza de vida al nacer y ver el aumento de la longevidad como uno de los mayores logros del desarrollo. Y, sobre todo, tenemos que considerar a las personas mayores como un recurso importante para nuestras sociedades y economías, no solamente verlas como un peso, luchando contra la discriminación por edad (o “edadismo”), que frecuentemente implica el mal uso de importantes recursos humanos de los cuales disponen nuestros países.

O Blog dos Estudantes em Demografia da Unicamp agradece a participação do pesquisador Simone Cecchini na série Três Perguntas aos demógrafos.

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